miércoles, 29 de marzo de 2017

LA FAMILIA PRIMERA Y FUNDAMENTAL ESCUELA PARA APRENDER A TOMAR DECISIONES





Cuando se analiza un
problema utilizando la TUMA, en primer lugar se debe establecer la utilidad de
cada opción para cada atributo. En algunas ocasiones es posible y deseable
utilizar criterios monetarios o directamente cuantificables. Sin embargo, los
criterios que se pueden utilizar con mayor frecuencia son los subjetivos que,
como hemos visto, hay que traducirlos a criterios cuantificables en escalas que
suelen ir del 1 al 5).


jueves, 23 de marzo de 2017

CONSEJOS PARA SER FELIZ



En toda toma de decisiones
existen tres elementos fundamentales:




-Varias opciones alternativas.
-Elección de una
alternativa.
-Renuncia a las demás
alternativas
.
Hemos hablado al principio que cuando están en juego
grandes cantidades de dinero, o existe una repercusión social amplia, o está en
juego la vida de personas, entre otras, las empresas, los estados, las personas
responsables, los comités éticos, los consejos de administración, etc. utilizan
mucha información que incluso pueden cruzar para obtener los mejores resultados...

lunes, 20 de marzo de 2017

DÍA 21 DE MARZO: SAN BENITO, fundador de la Orden Benedictina y Patrono de Europa, etc

SAN BENITO, fundador de la Orden Benedictina y Patrono de Europa. Nació en Nursia, región de la Umbría italiana, hacia el año 480. Después de recibir en Roma una adecuada formación, comenzó a practicar la vida eremítica en el Subiaco, donde reunió algunos discípulos. Más tarde se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio de Montecasino y escribió su Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monaquismo en Occidente, pues pronto se extendió por Europa una red de monasterios. La dedicación principal de los benedictinos es «la obra de Dios», o sea, la celebración de los misterios cristianos, y su lema «orar y trabajar». Así evangelizaron durante siglos a los pueblos, a los que llevaron también la cultura. Murió el 21 de marzo del año 547. El papa Pablo VI, en 1966, lo proclamó patrono de Europa. Su fiesta se celebra el 11 de julio- Oración: Señor, Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio, concédenos, por su intercesión, que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. SAN NICOLÁS DE FLUE. Nació en Sachseln (Suiza) el año 1417. Contrajo matrimonio y tuvo diez hijos. Gobernó su ciudad, ejerció cargos civiles cantonales y militares. Llevaba vida de piedad y penitencia y cumplía sus deberes con espíritu cristiano. En 1467, a los 50 años y con permiso de su esposa, buscando la soledad y la mayor unión posible con Dios, se retiró a llevar vida eremítica en el desfiladero de Ranft, cercano a su pueblo. Le construyeron una ermita y, junto a ella, una celdita. A partir de entonces se le llamó «Hermano Klaus». Allí pasó el resto de sus años, entregado a la vida contemplativa, experimentando dones místicos extraordinarios, sujeto a rigurosa penitencia, sufriendo y venciendo tentaciones, dando consuelo y sabios consejos a los muchos que le visitaban. Sólo en una ocasión salió de su retiro, ante el peligro de una guerra civil y para reconciliar a los Representados de los Cantones enfrentados. Murió el 21 de marzo de 1487. Pío XII lo proclamó patrono de Suiza y decía de él: «Encarna, con una plenitud admirable, la unión de la libertad terrestre y la libertad celeste». SANTA BENITA CAMBIAGIO FRASSINELLO. Nació en 1791 en Langasco (Génova, Italia). Mujer sencilla de pueblo, contrajo matrimonio en 1816, pero dos años después, ambos esposos decidieron hacer voto de castidad e ingresar en religión. Benita entró en las Ursulinas, a las que tuvo que dejar por una grave enfermedad. Vuelta a Pavía, san Jerónimo Emiliani, en una visión, le indicó su campo de acción: las niñas abandonadas. Al necesitar ayuda, el obispo llamó al esposo de ella, el cual le prestó su colaboración, manteniendo ambos el voto de castidad que habían hecho. A consecuencia de unas calumnias, dejó Pavía y continuó su obra en Ronco Scrivia (Liguria). Las autoridades eclesiásticas aprobaron su obra: el instituto de las Benedictinas de la Providencia, dedicado a la educación de las niñas pobres y abandonadas. Murió, acompañada de su marido, en Ronco Scrivia el 21 de marzo de 1858. Juan Pablo II la canonizó el 2002. * * * San Agustín Zhao Rong. Sacerdote secular chino, mártir. Nació en 1746 de familia pagana. Era guarda comunal y se convirtió a la fe cristiana oyendo en la cárcel a un sacerdote que exhortaba a sus fieles a permanecer firmes ante el martirio. Se bautizó, se ordenó de sacerdote y ejerció años el apostolado, hasta que lo apresaron. Lo torturaron cruelmente para que apostatara, sin conseguirlo. Al final lo dejaron languidecer en la cárcel, hasta la muerte, que ocurrió en 1815. San Endeo. Nació en el Ulster, hijo del señor de Oriel. A la muerte de su padre, gobernó el señorío hasta que, a instancias de su hermana, abadesa de un monasterio, dejó el mundo y abrazó la vida monástica. Peregrinó a Roma para visitar las tumbas de los Apóstoles, y allí recibió la ordenación sacerdotal. Cuando regresó, Aengus, rey de Munster, le concedió las islas de Aran, en la bahía de Gallway (Irlanda), donde fundó el primer monasterio propiamente dicho de Irlanda, que alcanzó gran prestigio y fue cuna de santos. Murió hacia el año 542 y fue sepultado en la iglesia de Inishmore, la isla mayor del archipiélago. San Juan de Valence. Fue canónigo y, a raíz de una peregrinación a Santiago de Compostela, vistió el hábito cisterciense en el mismo Cîteau. Lo enviaron para la fundación de la abadía de Bonnevaux, de la que fue el primer abad en 1117. El año 1141 fue elegido obispo de Valence (Francia). Sufrió muchas adversidades y puso empeño con gran caridad en la defensa de los derechos de los campesinos, de los pobres y de los comerciantes arruinados por las deudas. Murió el año 1145. San Lupicinio. Cuando quedó viudo, se unió a su hermano san Román, que vivía en soledad en las laderas del Jura, diócesis de Lyón (Francia). Fundaron dos monasterios, el de Condat, ahora Saint-Claude, y el de Lauconne, luego Saint-Lupicin, de los que fueron abades. Lupicinio impuso un régimen más austero, y se ocupó mucho del bienestar de la población. Murió el año 480 y fue enterrado en el monasterio de Lauconne. Santos Mártires de Alejandría. En tiempo del emperador Constanzo y del prefecto Filagrio, una turba de arrianos y paganos irrumpieron en una iglesia de Alejandría y asesinaron a los cristianos que estaban celebrando el Viernes Santo. Era el año 339. San Santiago el Confesor. Defendió con firmeza el culto de las imágenes sagradas frente a los iconoclastas, y por ello fue martirizado en Constantinopla el año 824. San Serapión de Thmuis. Anacoreta que vivió en Egipto, discípulo de san Antonio Abad y amigo de san Atanasio. Murió probablemente poco después del año 362. Beato Mateo Flathers. Nació en Inglaterra, estudió en Oxford y, a los 44 años de edad, para seguir la vocación sacerdotal, marchó a estudiar al colegio inglés de Douai (Francia), se ordenó de sacerdote en Arras y regresó a su patria como misionero. Arrestado y expulsado, volvió bajo un sobrenombre y trabajó en la clandestinidad. Arrestado de nuevo y condenado a muerte por traidor, se le ofreció la vida y la libertad si juraba el acatamiento de la supremacía religiosa de la corona, lo que rehusó. Fue ahorcado y descuartizado en York el año 1607. Beato Miguel Gómez Loza. Nació en Tepatitlán (Jalisco, México) el año 1886 en una familia campesina. De joven militó en la Asociación Católica de las Juventudes Mexicanas. Hizo la carrera de derecho con muchos sacrificios. En el ejercicio de su profesión defendió a los desamparados, lo que le costó muchos disgustos. Casado y con hijos, se unió a la liga defensora de la libertad religiosa y aceptó el nombramiento de gobernador de Jalisco conferido por los católicos de la resistencia. Las tropas federales le acribillaron a tiros cerca de Atotonilco el Alto en 1928. Fue beatificado el año 2005. Beatos Tomás Pilchard y Guillermo Pike. Los dos fueron martirizados en Dorchester (Inglaterra), ahorcados y despedazados, en tiempo de la reina Isabel I. Tomás había estudiado en Oxford y, cuando decidió seguir la vocación sacerdotal, marchó a estudiar a Reims (Francia). Se ordenó de sacerdote en Laon en 1583 y regresó a su tierra. Fue arrestado y expulsado en 1585, pero dos años después volvió clandestinamente. De nuevo fue detenido, condenado y ejecutado en 1587 sólo por ser sacerdote católico. Guillermo era carpintero y fue delatado por haberse reconciliado con la Iglesia Romana. Su conversión se debió a Tomás, a quien en el juicio llamó su maestro y del que dijo que era un dignísimo sacerdote. Fue ejecutado en una fecha que no concretan las fuentes. PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Pensamiento bíblico: Estando Jesús en la casa de Mateo, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,10-13). Pensamiento franciscano: De la carta de san Francisco a un ministro: «En esto quiero conocer si amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo: que no haya hermano alguno en el mundo que haya pecado todo cuanto haya podido pecar, que, después de ver tus ojos, se marche sin tu misericordia, si pide misericordia. Y si él no pidiera misericordia, que tú le preguntes si quiere misericordia. Y si mil veces pecara después delante de tus ojos, ámalo más que a mí para esto, para que lo atraigas al Señor; y ten siempre misericordia de tales hermanos» (CtaM 9-11). Orar con la Iglesia: Oremos a Dios nuestro Padre, que espera y acoge a los hijos que, después de haberse extraviado, vuelven al hogar. -Por la Iglesia, que ha recibido de Cristo la misión de reconciliar: para que, aun en situaciones de odio o desamor, sea fermento de unidad y de paz. -Por nuestro mundo, dividido en ricos y pobres, dominadores y dominados, vencedores y vencidos...: para que sea posible la paz, fruto de la justicia y del amor. -Por los que se indignan contra los que perdonan y los que son perdonados: para que depongan su actitud intransigente y aprendan la misericordia de Dios Padre. -Por todos los que hacemos nuestra la actitud de conversión del hijo menor de la parábola y esperamos la misericordia y el perdón de Dios: para que apreciemos el sacramento de la penitencia y la reconciliación eclesial con Cristo. Oración: Dios Padre nuestro, que hiciste expiar nuestros pecados a tu Hijo Jesús, escucha nuestras súplicas y alégranos con el gozo de su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. * * * LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO Benedicto XVI, Ángelus del 14 de marzo de 2010 Queridos hermanos y hermanas: El cuarto domingo de Cuaresma se proclama el Evangelio del padre y de los dos hijos, más conocido como parábola del «hijo pródigo» (Lc 15,11-32). Este pasaje de san Lucas constituye una cima de la espiritualidad y de la literatura de todos los tiempos. En efecto, ¿qué serían nuestra cultura, el arte, y más en general nuestra civilización, sin esta revelación de un Dios Padre lleno de misericordia? No deja nunca de conmovernos, y cada vez que la escuchamos o la leemos tiene la capacidad de sugerirnos significados siempre nuevos. Este texto evangélico tiene, sobre todo, el poder de hablarnos de Dios, de darnos a conocer su rostro, mejor aún, su corazón. Desde que Jesús nos habló del Padre misericordioso, las cosas ya no son como antes; ahora conocemos a Dios: es nuestro Padre, que por amor nos ha creado libres y dotados de conciencia, que sufre si nos perdemos y que hace fiesta si regresamos. Por esto, la relación con él se construye a través de una historia, como le sucede a todo hijo con sus padres: al inicio depende de ellos; después reivindica su propia autonomía; y por último -si se da un desarrollo positivo- llega a una relación madura, basada en el agradecimiento y en el amor auténtico. En estas etapas podemos ver también momentos del camino del hombre en la relación con Dios. Puede haber una fase que es como la infancia: una religión impulsada por la necesidad, por la dependencia. A medida que el hombre crece y se emancipa, quiere liberarse de esta sumisión y llegar a ser libre, adulto, capaz de regularse por sí mismo y de hacer sus propias opciones de manera autónoma, pensando incluso que puede prescindir de Dios. Esta fase es muy delicada: puede llevar al ateísmo, pero con frecuencia esto esconde también la exigencia de descubrir el auténtico rostro de Dios. Por suerte para nosotros, Dios siempre es fiel y, aunque nos alejemos y nos perdamos, no deja de seguirnos con su amor, perdonando nuestros errores y hablando interiormente a nuestra conciencia para volvernos a atraer hacia sí. En la parábola los dos hijos se comportan de manera opuesta: el menor se va y cae cada vez más bajo, mientras que el mayor se queda en casa, pero también él tiene una relación inmadura con el Padre; de hecho, cuando regresa su hermano, el mayor no se muestra feliz como el Padre; más aún, se irrita y no quiere volver a entrar en la casa. Los dos hijos representan dos modos inmaduros de relacionarse con Dios: la rebelión y una obediencia infantil. Ambas formas se superan a través de la experiencia de la misericordia. Sólo experimentando el perdón, reconociendo que somos amados con un amor gratuito, mayor que nuestra miseria, pero también que nuestra justicia, entramos por fin en una relación verdaderamente filial y libre con Dios. Queridos amigos, meditemos esta parábola. Identifiquémonos con los dos hijos y, sobre todo, contemplemos el corazón del Padre. Arrojémonos en sus brazos y dejémonos regenerar por su amor misericordioso. Que nos ayude en esto la Virgen María, Mater misericordiae, Madre de la misericordia. [Después del Ángelus] La liturgia nos propone la parábola del hijo pródigo y, con ella, una invitación a la conversión para todos, que saben haberse alejado de Dios por el pecado, y toman con humildad y valentía la decisión de volver a él, experimentando la misericordia y la ternura insospechada del Padre, que los recibe con los brazos abiertos. Que la santísima Virgen María nos acompañe en este camino hacia la Pascua. * * * ME ALEJÉ MUCHO, Y TÚ ESTABAS AQUÍ San Agustín, Comentario sobre el salmo 138 (5-6) De lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. ¿Qué significa de lejos? Mientras todavía estoy en camino, antes de llegar a la patria, tú penetras mis pensamientos. Atiende a aquel hijo menor, pues también él se ha convertido en cuerpo de Cristo, Iglesia procedente de la gentilidad. Y es que el hijo menor había emigrado a un país lejano. Porque había un hombre que tenía dos hijos: el mayor no había ido lejos, sino que trabajaba en el campo, y simboliza a los santos que, en tiempo de la ley, cumplían las obras y preceptos de la ley. En cambio, el género humano, que había derivado hacia el culto a los ídolos había emigrado a un país lejano. ¿Qué más lejano de aquel que te hizo, que la hechura que tú mismo te hiciste? Así, pues, el hijo menor emigró a un país lejano, llevando consigo toda su fortuna y -según nos informa el evangelio- la derrochó viviendo perdidamente. Y empezando a pasar necesidad, fue y se ajustó con un hombre principal de aquella región, quien lo mandó a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Después de tanto trabajo, estrechez, tribulación y necesidad, se acordó de su padre, y decidió volver a casa. Se dijo: Me pondré en camino adonde está mi padre. Reconoce ahora su voz que dice; me conoces cuando me siento o me levanto. Me senté en la indigencia, me levanté por el deseo de tu pan. De lejos penetras mis pensamientos. Por eso dice el Señor en el evangelio que el padre echó a correr al encuentro del hijo que regresaba. Realmente, como de lejos había penetrado sus pensamientos, distingues mi camino y mi descanso. «Mi camino», dice. ¿Cuál, sino el malo, el que él había recorrido, apartándose del padre, como si pudiera ocultarse a los ojos del vengador, o como si hubiera podido ser humillado por aquella extrema necesidad o ser ajustado para guardar cerdos, sin la voluntad del padre que quería flagelarlo lejano, para recibirlo cercano? Así pues, como un fugitivo capturado, perseguido por la legítima venganza de Dios, que nos castiga en nuestros afectos, por cualquier sitio que vayamos y en cualquier lugar adonde hubiéramos llegado; como un fugitivo capturado -repito- dice: Distingues mi camino y mi descanso. ¿Qué significa «mi camino»? Aquel por el que anduve. ¿Qué significa «mi descanso»? El término de mi peregrinación. Distingues mi camino y mi descanso. Aquella mi meta lejana no era lejana a tus ojos: me alejé mucho, y tú estabas aquí. Distingues mi camino y mi descanso. Todas mi sendas te son familiares. Las conocías antes de que yo las anduviera, antes de que yo caminara por ellas, y permitiste que yo anduviera en la fatiga mis propios caminos para que, si en un momento dado decidiera abandonar ese trabajoso camino, regresara a tus sendas. Porque no hay dolo en mi lengua. ¿Por qué dijo esto? Porque, te lo confieso, anduve por mis sendas, me alejé de ti; me aparté de ti, con quien me iba bien, y mi propio bien fue un mal para mí sin ti. Pues de haberme ido bien sin ti, quizá no hubiera querido volver a ti. Por lo cual, confesando éste sus pecados, declarando que el cuerpo de Cristo está justificado no por sí mismo, sino por la gracia de Cristo, dijo: No hay dolo en mi lengua. * * * CLARA DE ASÍS, LA MUJER DE LO ESENCIAL Y DE LA AUTENTICIDAD por Miguel Ángel Lavilla Martín, OFM Algunas prácticas de Clara son poco actuales y para nada imitables, como es el caso de sus extremas penitencias corporales. Pero en su forma de vivir el Evangelio encontramos elementos muy válidos para hoy, y no sólo para las hermanas clarisas, sino para todos los cristianos. Algunos de esos aspectos son: su fidelidad a la vocación recibida, su autenticidad y su preocupación por centrarse siempre en lo esencial. Me pregunto si nuestro mundo, dominado por el relativismo, lo efímero, la dispersión, la realidad virtual (lo que cuenta son las apariencias), no está necesitado de referentes como el de Clara. Los cristianos deberán redescubrir cuál es su centro y tratar de vivir desde él, sin dejarse arrastrar por las modas ideológicas impuestas desde los centros de poder y difundidas por sus medios de comunicación. Para Clara, lo esencial es seguir el camino de Cristo pobre y crucificado, y en ello pone todo su ser y todas sus fuerzas; el resto está en función de ese seguimiento o no cuenta nada para ella. Así se explica su opción por la pobreza, o mejor, la desapropiación, para quitar todo estorbo que impida o dificulte estar radicada en su centro, en su espejo: Cristo. Su opción por la contemplación y por la unión esponsal con Cristo, persigue el mismo fin: vivir en Cristo, unida a él, para reinar con él. A este respecto, dos notas teológicas: Clara contempla la pobreza de Jesucristo no sólo como condición de su vida histórica (Belén-Calvario), sino como rasgo esencial de todo el misterio de Cristo, desde su encarnación hasta su muerte en la cruz y resurrección. La pobreza de Cristo como expresión máxima de su entrega y servicio a los hombres, y manifestación cumbre del amor de Dios Padre. Así, para Clara, vivir como pobres no sólo es carencia de cosas, sino sobre todo entrega y servicio a Dios y a los hermanos. Su servicio a las hermanas, su oración intensa por los hombres, especialmente los más necesitados en el cuerpo y en el alma ("los miembros débiles de la Iglesia"), por su ciudad en medio del peligro (LCl 23), son inseparables de su concepción y vivencia de la pobreza. El segundo apunte teológico se refiere al cristocentrismo de Clara; debe recordarse que no se trata de un cristomonismo; es decir, su espiritualidad no se reduce a una contemplación única y exclusiva de Cristo, sino que es trinitaria, como ya he aludido. La Trinidad, el Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, alimenta la fe de Clara y es el modelo de vida en San Damián; ella y sus hermanas se reconocen en relación con cada una de las Tres Personas divinas, eso es lo que quieren traducir en las relaciones interpersonales. Esto Clara lo ha aprendido en el Evangelio y, según ella, por medio de Francisco de Asís. Ella, como éste, mantiene un maravilloso equilibrio en su fe cristiana, no fácil de encontrar. Sobre la autenticidad de Clara, no creo que sea necesario insistir después de haber visto su interés y esfuerzos por mantenerse fiel a la vocación que ha recibido de Dios. Para ella, de nada servían los subterfugios, los atajos, los sucedáneos, aunque se presentasen con envoltorios dignos y apetecibles. Resistirse a abrazar otros caminos, algunos loables y asumibles para otras personas, requiere convicciones y coraje, lo que no le faltaba a Clara, y que nuestra sociedad parece necesitar. [Cf. el texto completo en Selecciones de Franciscanismo n. 116, 2010, 271-280] .
DÍA 21 DE MARZO . SAN BENITO, fundador de la Orden Benedictina y Patrono de Europa. Nació en Nursia, región de la Umbría italiana, hacia el año 480. Después de recibir en Roma una adecuada formación, comenzó a practicar la vida eremítica en el Subiaco, donde reunió algunos discípulos. Más tarde se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio de Montecasino y escribió su Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monaquismo en Occidente, pues pronto se extendió por Europa una red de monasterios. La dedicación principal de los benedictinos es «la obra de Dios», o sea, la celebración de los misterios cristianos, y su lema «orar y trabajar». Así evangelizaron durante siglos a los pueblos, a los que llevaron también la cultura. Murió el 21 de marzo del año 547. El papa Pablo VI, en 1966, lo proclamó patrono de Europa. Su fiesta se celebra el 11 de julio- Oración: Señor, Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del divino servicio, concédenos, por su intercesión, que, prefiriendo tu amor a todas las cosas, avancemos por la senda de tus mandamientos con libertad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. SAN NICOLÁS DE FLUE. Nació en Sachseln (Suiza) el año 1417. Contrajo matrimonio y tuvo diez hijos. Gobernó su ciudad, ejerció cargos civiles cantonales y militares. Llevaba vida de piedad y penitencia y cumplía sus deberes con espíritu cristiano. En 1467, a los 50 años y con permiso de su esposa, buscando la soledad y la mayor unión posible con Dios, se retiró a llevar vida eremítica en el desfiladero de Ranft, cercano a su pueblo. Le construyeron una ermita y, junto a ella, una celdita. A partir de entonces se le llamó «Hermano Klaus». Allí pasó el resto de sus años, entregado a la vida contemplativa, experimentando dones místicos extraordinarios, sujeto a rigurosa penitencia, sufriendo y venciendo tentaciones, dando consuelo y sabios consejos a los muchos que le visitaban. Sólo en una ocasión salió de su retiro, ante el peligro de una guerra civil y para reconciliar a los Representados de los Cantones enfrentados. Murió el 21 de marzo de 1487. Pío XII lo proclamó patrono de Suiza y decía de él: «Encarna, con una plenitud admirable, la unión de la libertad terrestre y la libertad celeste». SANTA BENITA CAMBIAGIO FRASSINELLO. Nació en 1791 en Langasco (Génova, Italia). Mujer sencilla de pueblo, contrajo matrimonio en 1816, pero dos años después, ambos esposos decidieron hacer voto de castidad e ingresar en religión. Benita entró en las Ursulinas, a las que tuvo que dejar por una grave enfermedad. Vuelta a Pavía, san Jerónimo Emiliani, en una visión, le indicó su campo de acción: las niñas abandonadas. Al necesitar ayuda, el obispo llamó al esposo de ella, el cual le prestó su colaboración, manteniendo ambos el voto de castidad que habían hecho. A consecuencia de unas calumnias, dejó Pavía y continuó su obra en Ronco Scrivia (Liguria). Las autoridades eclesiásticas aprobaron su obra: el instituto de las Benedictinas de la Providencia, dedicado a la educación de las niñas pobres y abandonadas. Murió, acompañada de su marido, en Ronco Scrivia el 21 de marzo de 1858. Juan Pablo II la canonizó el 2002. * * * San Agustín Zhao Rong. Sacerdote secular chino, mártir. Nació en 1746 de familia pagana. Era guarda comunal y se convirtió a la fe cristiana oyendo en la cárcel a un sacerdote que exhortaba a sus fieles a permanecer firmes ante el martirio. Se bautizó, se ordenó de sacerdote y ejerció años el apostolado, hasta que lo apresaron. Lo torturaron cruelmente para que apostatara, sin conseguirlo. Al final lo dejaron languidecer en la cárcel, hasta la muerte, que ocurrió en 1815. San Endeo. Nació en el Ulster, hijo del señor de Oriel. A la muerte de su padre, gobernó el señorío hasta que, a instancias de su hermana, abadesa de un monasterio, dejó el mundo y abrazó la vida monástica. Peregrinó a Roma para visitar las tumbas de los Apóstoles, y allí recibió la ordenación sacerdotal. Cuando regresó, Aengus, rey de Munster, le concedió las islas de Aran, en la bahía de Gallway (Irlanda), donde fundó el primer monasterio propiamente dicho de Irlanda, que alcanzó gran prestigio y fue cuna de santos. Murió hacia el año 542 y fue sepultado en la iglesia de Inishmore, la isla mayor del archipiélago. San Juan de Valence. Fue canónigo y, a raíz de una peregrinación a Santiago de Compostela, vistió el hábito cisterciense en el mismo Cîteau. Lo enviaron para la fundación de la abadía de Bonnevaux, de la que fue el primer abad en 1117. El año 1141 fue elegido obispo de Valence (Francia). Sufrió muchas adversidades y puso empeño con gran caridad en la defensa de los derechos de los campesinos, de los pobres y de los comerciantes arruinados por las deudas. Murió el año 1145. San Lupicinio. Cuando quedó viudo, se unió a su hermano san Román, que vivía en soledad en las laderas del Jura, diócesis de Lyón (Francia). Fundaron dos monasterios, el de Condat, ahora Saint-Claude, y el de Lauconne, luego Saint-Lupicin, de los que fueron abades. Lupicinio impuso un régimen más austero, y se ocupó mucho del bienestar de la población. Murió el año 480 y fue enterrado en el monasterio de Lauconne. Santos Mártires de Alejandría. En tiempo del emperador Constanzo y del prefecto Filagrio, una turba de arrianos y paganos irrumpieron en una iglesia de Alejandría y asesinaron a los cristianos que estaban celebrando el Viernes Santo. Era el año 339. San Santiago el Confesor. Defendió con firmeza el culto de las imágenes sagradas frente a los iconoclastas, y por ello fue martirizado en Constantinopla el año 824. San Serapión de Thmuis. Anacoreta que vivió en Egipto, discípulo de san Antonio Abad y amigo de san Atanasio. Murió probablemente poco después del año 362. Beato Mateo Flathers. Nació en Inglaterra, estudió en Oxford y, a los 44 años de edad, para seguir la vocación sacerdotal, marchó a estudiar al colegio inglés de Douai (Francia), se ordenó de sacerdote en Arras y regresó a su patria como misionero. Arrestado y expulsado, volvió bajo un sobrenombre y trabajó en la clandestinidad. Arrestado de nuevo y condenado a muerte por traidor, se le ofreció la vida y la libertad si juraba el acatamiento de la supremacía religiosa de la corona, lo que rehusó. Fue ahorcado y descuartizado en York el año 1607. Beato Miguel Gómez Loza. Nació en Tepatitlán (Jalisco, México) el año 1886 en una familia campesina. De joven militó en la Asociación Católica de las Juventudes Mexicanas. Hizo la carrera de derecho con muchos sacrificios. En el ejercicio de su profesión defendió a los desamparados, lo que le costó muchos disgustos. Casado y con hijos, se unió a la liga defensora de la libertad religiosa y aceptó el nombramiento de gobernador de Jalisco conferido por los católicos de la resistencia. Las tropas federales le acribillaron a tiros cerca de Atotonilco el Alto en 1928. Fue beatificado el año 2005. Beatos Tomás Pilchard y Guillermo Pike. Los dos fueron martirizados en Dorchester (Inglaterra), ahorcados y despedazados, en tiempo de la reina Isabel I. Tomás había estudiado en Oxford y, cuando decidió seguir la vocación sacerdotal, marchó a estudiar a Reims (Francia). Se ordenó de sacerdote en Laon en 1583 y regresó a su tierra. Fue arrestado y expulsado en 1585, pero dos años después volvió clandestinamente. De nuevo fue detenido, condenado y ejecutado en 1587 sólo por ser sacerdote católico. Guillermo era carpintero y fue delatado por haberse reconciliado con la Iglesia Romana. Su conversión se debió a Tomás, a quien en el juicio llamó su maestro y del que dijo que era un dignísimo sacerdote. Fue ejecutado en una fecha que no concretan las fuentes. PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Pensamiento bíblico: Estando Jesús en la casa de Mateo, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,10-13). Pensamiento franciscano: De la carta de san Francisco a un ministro: «En esto quiero conocer si amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo: que no haya hermano alguno en el mundo que haya pecado todo cuanto haya podido pecar, que, después de ver tus ojos, se marche sin tu misericordia, si pide misericordia. Y si él no pidiera misericordia, que tú le preguntes si quiere misericordia. Y si mil veces pecara después delante de tus ojos, ámalo más que a mí para esto, para que lo atraigas al Señor; y ten siempre misericordia de tales hermanos» (CtaM 9-11). Orar con la Iglesia: Oremos a Dios nuestro Padre, que espera y acoge a los hijos que, después de haberse extraviado, vuelven al hogar. -Por la Iglesia, que ha recibido de Cristo la misión de reconciliar: para que, aun en situaciones de odio o desamor, sea fermento de unidad y de paz. -Por nuestro mundo, dividido en ricos y pobres, dominadores y dominados, vencedores y vencidos...: para que sea posible la paz, fruto de la justicia y del amor. -Por los que se indignan contra los que perdonan y los que son perdonados: para que depongan su actitud intransigente y aprendan la misericordia de Dios Padre. -Por todos los que hacemos nuestra la actitud de conversión del hijo menor de la parábola y esperamos la misericordia y el perdón de Dios: para que apreciemos el sacramento de la penitencia y la reconciliación eclesial con Cristo. Oración: Dios Padre nuestro, que hiciste expiar nuestros pecados a tu Hijo Jesús, escucha nuestras súplicas y alégranos con el gozo de su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. * * * LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO Benedicto XVI, Ángelus del 14 de marzo de 2010 Queridos hermanos y hermanas: El cuarto domingo de Cuaresma se proclama el Evangelio del padre y de los dos hijos, más conocido como parábola del «hijo pródigo» (Lc 15,11-32). Este pasaje de san Lucas constituye una cima de la espiritualidad y de la literatura de todos los tiempos. En efecto, ¿qué serían nuestra cultura, el arte, y más en general nuestra civilización, sin esta revelación de un Dios Padre lleno de misericordia? No deja nunca de conmovernos, y cada vez que la escuchamos o la leemos tiene la capacidad de sugerirnos significados siempre nuevos. Este texto evangélico tiene, sobre todo, el poder de hablarnos de Dios, de darnos a conocer su rostro, mejor aún, su corazón. Desde que Jesús nos habló del Padre misericordioso, las cosas ya no son como antes; ahora conocemos a Dios: es nuestro Padre, que por amor nos ha creado libres y dotados de conciencia, que sufre si nos perdemos y que hace fiesta si regresamos. Por esto, la relación con él se construye a través de una historia, como le sucede a todo hijo con sus padres: al inicio depende de ellos; después reivindica su propia autonomía; y por último -si se da un desarrollo positivo- llega a una relación madura, basada en el agradecimiento y en el amor auténtico. En estas etapas podemos ver también momentos del camino del hombre en la relación con Dios. Puede haber una fase que es como la infancia: una religión impulsada por la necesidad, por la dependencia. A medida que el hombre crece y se emancipa, quiere liberarse de esta sumisión y llegar a ser libre, adulto, capaz de regularse por sí mismo y de hacer sus propias opciones de manera autónoma, pensando incluso que puede prescindir de Dios. Esta fase es muy delicada: puede llevar al ateísmo, pero con frecuencia esto esconde también la exigencia de descubrir el auténtico rostro de Dios. Por suerte para nosotros, Dios siempre es fiel y, aunque nos alejemos y nos perdamos, no deja de seguirnos con su amor, perdonando nuestros errores y hablando interiormente a nuestra conciencia para volvernos a atraer hacia sí. En la parábola los dos hijos se comportan de manera opuesta: el menor se va y cae cada vez más bajo, mientras que el mayor se queda en casa, pero también él tiene una relación inmadura con el Padre; de hecho, cuando regresa su hermano, el mayor no se muestra feliz como el Padre; más aún, se irrita y no quiere volver a entrar en la casa. Los dos hijos representan dos modos inmaduros de relacionarse con Dios: la rebelión y una obediencia infantil. Ambas formas se superan a través de la experiencia de la misericordia. Sólo experimentando el perdón, reconociendo que somos amados con un amor gratuito, mayor que nuestra miseria, pero también que nuestra justicia, entramos por fin en una relación verdaderamente filial y libre con Dios. Queridos amigos, meditemos esta parábola. Identifiquémonos con los dos hijos y, sobre todo, contemplemos el corazón del Padre. Arrojémonos en sus brazos y dejémonos regenerar por su amor misericordioso. Que nos ayude en esto la Virgen María, Mater misericordiae, Madre de la misericordia. [Después del Ángelus] La liturgia nos propone la parábola del hijo pródigo y, con ella, una invitación a la conversión para todos, que saben haberse alejado de Dios por el pecado, y toman con humildad y valentía la decisión de volver a él, experimentando la misericordia y la ternura insospechada del Padre, que los recibe con los brazos abiertos. Que la santísima Virgen María nos acompañe en este camino hacia la Pascua. * * * ME ALEJÉ MUCHO, Y TÚ ESTABAS AQUÍ San Agustín, Comentario sobre el salmo 138 (5-6) De lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. ¿Qué significa de lejos? Mientras todavía estoy en camino, antes de llegar a la patria, tú penetras mis pensamientos. Atiende a aquel hijo menor, pues también él se ha convertido en cuerpo de Cristo, Iglesia procedente de la gentilidad. Y es que el hijo menor había emigrado a un país lejano. Porque había un hombre que tenía dos hijos: el mayor no había ido lejos, sino que trabajaba en el campo, y simboliza a los santos que, en tiempo de la ley, cumplían las obras y preceptos de la ley. En cambio, el género humano, que había derivado hacia el culto a los ídolos había emigrado a un país lejano. ¿Qué más lejano de aquel que te hizo, que la hechura que tú mismo te hiciste? Así, pues, el hijo menor emigró a un país lejano, llevando consigo toda su fortuna y -según nos informa el evangelio- la derrochó viviendo perdidamente. Y empezando a pasar necesidad, fue y se ajustó con un hombre principal de aquella región, quien lo mandó a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Después de tanto trabajo, estrechez, tribulación y necesidad, se acordó de su padre, y decidió volver a casa. Se dijo: Me pondré en camino adonde está mi padre. Reconoce ahora su voz que dice; me conoces cuando me siento o me levanto. Me senté en la indigencia, me levanté por el deseo de tu pan. De lejos penetras mis pensamientos. Por eso dice el Señor en el evangelio que el padre echó a correr al encuentro del hijo que regresaba. Realmente, como de lejos había penetrado sus pensamientos, distingues mi camino y mi descanso. «Mi camino», dice. ¿Cuál, sino el malo, el que él había recorrido, apartándose del padre, como si pudiera ocultarse a los ojos del vengador, o como si hubiera podido ser humillado por aquella extrema necesidad o ser ajustado para guardar cerdos, sin la voluntad del padre que quería flagelarlo lejano, para recibirlo cercano? Así pues, como un fugitivo capturado, perseguido por la legítima venganza de Dios, que nos castiga en nuestros afectos, por cualquier sitio que vayamos y en cualquier lugar adonde hubiéramos llegado; como un fugitivo capturado -repito- dice: Distingues mi camino y mi descanso. ¿Qué significa «mi camino»? Aquel por el que anduve. ¿Qué significa «mi descanso»? El término de mi peregrinación. Distingues mi camino y mi descanso. Aquella mi meta lejana no era lejana a tus ojos: me alejé mucho, y tú estabas aquí. Distingues mi camino y mi descanso. Todas mi sendas te son familiares. Las conocías antes de que yo las anduviera, antes de que yo caminara por ellas, y permitiste que yo anduviera en la fatiga mis propios caminos para que, si en un momento dado decidiera abandonar ese trabajoso camino, regresara a tus sendas. Porque no hay dolo en mi lengua. ¿Por qué dijo esto? Porque, te lo confieso, anduve por mis sendas, me alejé de ti; me aparté de ti, con quien me iba bien, y mi propio bien fue un mal para mí sin ti. Pues de haberme ido bien sin ti, quizá no hubiera querido volver a ti. Por lo cual, confesando éste sus pecados, declarando que el cuerpo de Cristo está justificado no por sí mismo, sino por la gracia de Cristo, dijo: No hay dolo en mi lengua. * * * CLARA DE ASÍS, LA MUJER DE LO ESENCIAL Y DE LA AUTENTICIDAD por Miguel Ángel Lavilla Martín, OFM Algunas prácticas de Clara son poco actuales y para nada imitables, como es el caso de sus extremas penitencias corporales. Pero en su forma de vivir el Evangelio encontramos elementos muy válidos para hoy, y no sólo para las hermanas clarisas, sino para todos los cristianos. Algunos de esos aspectos son: su fidelidad a la vocación recibida, su autenticidad y su preocupación por centrarse siempre en lo esencial. Me pregunto si nuestro mundo, dominado por el relativismo, lo efímero, la dispersión, la realidad virtual (lo que cuenta son las apariencias), no está necesitado de referentes como el de Clara. Los cristianos deberán redescubrir cuál es su centro y tratar de vivir desde él, sin dejarse arrastrar por las modas ideológicas impuestas desde los centros de poder y difundidas por sus medios de comunicación. Para Clara, lo esencial es seguir el camino de Cristo pobre y crucificado, y en ello pone todo su ser y todas sus fuerzas; el resto está en función de ese seguimiento o no cuenta nada para ella. Así se explica su opción por la pobreza, o mejor, la desapropiación, para quitar todo estorbo que impida o dificulte estar radicada en su centro, en su espejo: Cristo. Su opción por la contemplación y por la unión esponsal con Cristo, persigue el mismo fin: vivir en Cristo, unida a él, para reinar con él. A este respecto, dos notas teológicas: Clara contempla la pobreza de Jesucristo no sólo como condición de su vida histórica (Belén-Calvario), sino como rasgo esencial de todo el misterio de Cristo, desde su encarnación hasta su muerte en la cruz y resurrección. La pobreza de Cristo como expresión máxima de su entrega y servicio a los hombres, y manifestación cumbre del amor de Dios Padre. Así, para Clara, vivir como pobres no sólo es carencia de cosas, sino sobre todo entrega y servicio a Dios y a los hermanos. Su servicio a las hermanas, su oración intensa por los hombres, especialmente los más necesitados en el cuerpo y en el alma ("los miembros débiles de la Iglesia"), por su ciudad en medio del peligro (LCl 23), son inseparables de su concepción y vivencia de la pobreza. El segundo apunte teológico se refiere al cristocentrismo de Clara; debe recordarse que no se trata de un cristomonismo; es decir, su espiritualidad no se reduce a una contemplación única y exclusiva de Cristo, sino que es trinitaria, como ya he aludido. La Trinidad, el Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, alimenta la fe de Clara y es el modelo de vida en San Damián; ella y sus hermanas se reconocen en relación con cada una de las Tres Personas divinas, eso es lo que quieren traducir en las relaciones interpersonales. Esto Clara lo ha aprendido en el Evangelio y, según ella, por medio de Francisco de Asís. Ella, como éste, mantiene un maravilloso equilibrio en su fe cristiana, no fácil de encontrar. Sobre la autenticidad de Clara, no creo que sea necesario insistir después de haber visto su interés y esfuerzos por mantenerse fiel a la vocación que ha recibido de Dios. Para ella, de nada servían los subterfugios, los atajos, los sucedáneos, aunque se presentasen con envoltorios dignos y apetecibles. Resistirse a abrazar otros caminos, algunos loables y asumibles para otras personas, requiere convicciones y coraje, lo que no le faltaba a Clara, y que nuestra sociedad parece necesitar. [Cf. el texto completo en Selecciones de Franciscanismo n. 116, 2010, 271-280] .

sábado, 18 de marzo de 2017

DÍA 19 DE MARZO: SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA, FELIZ DIA DEL PADRE, etc.

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA. La fiesta del Padre nutricio de Jesús se extendió en la Iglesia a partir del siglo XV, cuando fue propagada por san Bernardino de Siena y Juan Gerson. Los evangelios nos lo inscriben enmarcado en la historia de la salvación. José, de oficio carpintero en el pueblecito de Nazaret, se sintió turbado cuando comprobó que María, su esposa, con la que no había cohabitado, estaba encinta. Pero el Señor le hizo comprender que el estado de su mujer era obra del Espíritu, y él la acogió, secundando los planes de Dios. Con María marchó a Belén, donde nació Jesús, y en todo momento José se cuidó del sustento y protección de la Madre y del Hijo. Con ellos estuvo en la adoración de los pastores y de los reyes, en la circuncisión del Niño y en su presentación en el Templo, en la huida a Egipto, estancia allí y regreso a Nazaret, donde Jesús fue creciendo al amparo de sus padres. Por último vivió con María el dolor y el gozo de hallar a Jesús cuando creían haberlo perdido en Jerusalén. Dios confió a José la custodia discreta pero eficaz de María y de Jesús, y, con razón, Pío IX lo declaró en 1870 Patrono de la Iglesia universal.- Oración: Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de san José, haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. BEATO JUAN DE PARMA. Nació el año 1208 en Parma (Italia), de la noble familia de los Buralli. Cursó estudios superiores y se dedicó a la enseñanza. Ingresó en la Orden franciscana en 1233; los superiores lo enviaron a París a completar estudios y allí recibió la ordenación sacerdotal. Se dio primero a la predicación con gran éxito y luego a la docencia en Bolonia, Nápoles y París. El Capítulo de 1247 lo eligió Ministro general de su Orden. Afrontó con moderación, humildad y prudencia las fuertes tensiones entre espirituales y conventuales en torno a la pobreza, y trató de evitar la división de la Orden, para lo que visitó muchas Provincias. Inocencio IV lo envió a Constantinopla para gestionar la unidad de las Iglesias. En 1257 presentó la renuncia a su oficio, en el que le sustituyó san Buenaventura, y se retiró al eremitorio de Greccio, donde vivió entregado a la penitencia y la oración. Murió el 19 de marzo de 1289 en Camerino (Marcas), cuando se dirigía a Grecia en misión conciliadora. BEATO MARCOS DE MONTEGALLO. Nació en Fonditore de Montegallo (Ascoli Piceno) el año 1425. Estudió en Perusa y Bolonia, donde se doctoró en leyes y medicina. Ejerció de médico en Ascoli y contrajo matrimonio; en 1452 los esposos decidieron abrazar la vida religiosa, ella en las clarisas y él en los franciscanos. Marcos, ordenado de sacerdote y bajo la guía de san Jaime de la Marca, se entregó a la predicación, empeñándose de modo especial en conseguir la reconciliación y la paz entre las facciones o banderías tan ferozmente enfrentadas en aquel tiempo. Otra gran preocupación suya fue el cuidado de los pobres; para su ayuda y para librarlos de los abusos de los usureros, fundó montes de piedad y bancos populares. Fue un hombre de vida austera y penitente y de elevada espiritualidad. Publicó algunas obras. Murió en Vicenza el 19 de marzo de 1496. BEATO NARCISO TURCHAN (en el siglo, Juan). Nació en Biskupice (Cracovia, Polonia) el año 1879, de familia acomodada. En 1895 ingresó en la Orden franciscana, y su vida de fraile se desarrolló entre Austria y Polonia. Terminados los estudios, recibió la ordenación sacerdotal en 1906, y fue un celoso vicario parroquial, catequista, predicador y confesor. También ejerció diversos cargos de gobierno en su Provincia. En 1936 lo eligieron guardián del convento de Wloclaweck. Allí lo arrestó la Gestapo, por odio a la fe, el 6 de noviembre de 1940. Un año más tarde lo llevaron al campo de concentración de Dachau (Alemania), donde murió el 19 de marzo de 1942, agotado por la miseria y las torturas. Es uno de los 108 Mártires de la II Guerra Mundial (1940-43) beatificados por Juan Pablo II en 1999. * * * San Juan. Según la tradición era un sirio que, en el siglo VI, para huir de los conflictos que se derivaban de la herejía monofisita, se trasladó a Italia y fundó un monasterio en Parrano, cerca de Espoleto (Umbría), del que fue abad largo tiempo y en el que se constituyó padre de muchos siervos de Dios. Beato Alberto Joaquín Linares de la Pinta. Nació en Cheste (Valencia) en 1913. Profesó en los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1931. Ejerció su apostolado en San Hipólito de Voltregá, Berga y por último en el internado de Bonanova en Barcelona. En la persecución religiosa se trasladó a Chiprana (Zaragoza), donde vivía un hermano suyo. Lo detuvo uno de los más feroces jefes revolucionarios que, gracias a la intercesión de algunas personas, lo dejó libre e incluso le encargó la escuela del pueblo. Quiso pasar a la zona nacional, pero fue asesinado el 19 de marzo de 1937 en las afueras de Castillonroy (Huesca). Tenía 23 años. Beatificado el 13-X-2013. Beato Andrés Gallerani. Fue un noble de Siena (Italia) que en su juventud cometió un delito por el que fue condenado a un destierro temporal. Cuando volvió a su ciudad, se puso al servicio de los pobres y enfermos. Con sus bienes fundó el Hospital de la Misericordia. Además, reunió en torno a sí a ciudadanos deseosos de servir a los necesitados; se llamaban Hermanos de la Misericordia, eran seglares sin votos religiosos, vivían en pobreza y servían a los pobres y enfermos. Murió en Siena el año 1251. Beato Félix José Trilla Lastra. Nació en Lérida el año 1908. Tomó el hábito de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1925. Terminado el escolasticado ejerció el ministerio en sucesivos destinos, y en 1934 lo enviaron a Monistrol de Montserrat. Allí estaba cuando se desató la persecución religiosa. Se refugió en casa de sus padres. El 11 de marzo fue a encontrarse con un señor a quien espiaban los milicianos, que detuvieron a ambos. Lo torturaron cruelmente para obligarlo a renegar de su religión, cosa que no lograron. El 19 de marzo de 1937, en Monistrol (Barcelona), lo echaron aún vivo a los cerdos o lo quemaron. Beato Isnardo de Chiampo. Hacia el año 1218, siendo estudiante en Bolonia, recibió el hábito de la Orden de Predicadores de manos de santo Domingo. Se ordenó de sacerdote en Milán y se dedicó a la predicación, en la que ganó para Dios a muchos pecadores y herejes. A partir de 1230 el campo de su apostolado fue Pavía, adonde lo habían enviado para fundar un convento y donde murió en 1244. Beato Marcelo Callo. Nació en Rennes (Francia) el año 1921. A los 13 años comenzó a trabajar en una tipografía a la vez que continuaba su actividad en los Boys Scouts; poco después se enroló en la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Apenas había iniciado un noviazgo serio cuando lo detuvieron los nazis y lo condenaron a trabajos forzados en Alemania; allí confortó en la fe a los compañeros y llegó a organizar un grupo de Acción Católica. Pasó luego por varias cárceles hasta llegar al campo de exterminio de Mauthausen (Austria), en el que murió agotado en 1943. Beata Sibilina Biscossi. Nació en Pavía (Italia) en 1287. De niña quedó huérfano de padre y madre. En cuanto puso se puso a trabajar como criada, pero a los 12 años de edad quedó ciega. Entonces la acogieron las Terciarias dominicas. Estuvo esperando que santo Domingo hiciera un milagro, hasta que asumió que la ceguera podía ser un don para ella y para los demás. Aceptada su limitación, se recluyó en una celdita aneja al convento de los dominicos, y allí permaneció 65 años, viviendo en penitencia y oración, edificando, aconsejando y consolando a todos. Murió en 1367. PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Pensamiento bíblico: El niño Jesús fue con sus padres a Jerusalén, y se quedó allí sin que lo supieran ellos. Cuando lo encontraron, le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres (cf. Lc 41-52). Pensamiento franciscano: Dice san Francisco: -Donde hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia. Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni vagancia (Adm 27,3-4). Orar con la Iglesia: Con la misma fe de san José, y por su intercesión, presentemos a Dios Padre nuestras peticiones. -Por el papa y los obispos, para que sigan el ejemplo de san José en el cuidado de la familia de Jesús en nuestros días. -Por los seminaristas, para que descubran, oyendo a Jesús, que están llamados a ocuparse de las cosas de Dios Padre. -Por los gobernantes, para que fomenten la paz y no impidan la implantación de reino de Dios en nuestro mundo. -Por las familias que sufren la falta de trabajo, de amor, de armonía..., para que encuentren la ayuda y la paz que necesitan. -Por los padres y las madres, para que, a pesar de las dificultades, llegue a constituir familias cristianas. Oración: Dios Padre bueno, que encomendaste a san José el cuidado de Jesús y María, haz que siga cuidado de tu Iglesia y de la familia humana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. * * * SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ Benedicto XVI, Ángelus del 19 de marzo de 2006 Queridos hermanos y hermanas: Hoy, 19 de marzo, se celebra la solemnidad de san José, pero, al coincidir con el tercer domingo de Cuaresma, su celebración litúrgica se traslada a mañana. Sin embargo, el contexto mariano del Ángelus invita a meditar hoy con veneración en la figura del esposo de la santísima Virgen María y patrono de la Iglesia universal. Me complace recordar que también era muy devoto de san José el amado Juan Pablo II, quien le dedicó la exhortación apostólica Redemptoris custos, custodio del Redentor, y con seguridad experimentó su asistencia en la hora de la muerte. La figura de este gran santo, aun permaneciendo más bien oculta, reviste una importancia fundamental en la historia de la salvación. Ante todo, al pertenecer a la tribu de Judá, unió a Jesús a la descendencia davídica, de modo que, cumpliendo las promesas sobre el Mesías, el Hijo de la Virgen María puede llamarse verdaderamente «hijo de David». El evangelio de san Mateo, en especial, pone de relieve las profecías mesiánicas que se cumplen mediante la misión de san José: el nacimiento de Jesús en Belén (Mt 2,1-6); su paso por Egipto, donde la Sagrada Familia se había refugiado (Mt 2,13-15); el sobrenombre de «Nazareno» (Mt 2,22-23). En todo esto se mostró, al igual que su esposa María, como un auténtico heredero de la fe de Abraham: fe en Dios que guía los acontecimientos de la historia según su misterioso designio salvífico. Su grandeza, como la de María, resalta aún más porque cumplió su misión de forma humilde y oculta en la casa de Nazaret. Por lo demás, Dios mismo, en la Persona de su Hijo encarnado, eligió este camino y este estilo -la humildad y el ocultamiento- en su existencia terrena. El ejemplo de san José es una fuerte invitación para todos nosotros a realizar con fidelidad, sencillez y modestia la tarea que la Providencia nos ha asignado. Pienso, ante todo, en los padres y en las madres de familia, y ruego para que aprecien siempre la belleza de una vida sencilla y laboriosa, cultivando con solicitud la relación conyugal y cumpliendo con entusiasmo la grande y difícil misión educativa. Que san José obtenga a los sacerdotes, que ejercen la paternidad con respecto a las comunidades eclesiales, amar a la Iglesia con afecto y entrega plena, y sostenga a las personas consagradas en su observancia gozosa y fiel de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Que proteja a los trabajadores de todo el mundo, para que contribuyan con sus diferentes profesiones al progreso de toda la humanidad, y ayude a todos los cristianos a hacer con confianza y amor la voluntad de Dios, colaborando así al cumplimiento de la obra de salvación. Con la ayuda de san José, patrono de la Iglesia universal, os invito a continuar vuestro camino de conversión cuaresmal como respuesta al amor misericordioso del Señor. * * * SAN JOSÉ, EL VARÓN JUSTO - EL ESPOSO Juan Pablo II, Exhortación Apostólica «Redemptoris Custos» 1. Llamado a ser el Custodio del Redentor, «José... hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer» (Mt 1,24). Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que san José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo. 17. Durante su vida, que fue una peregrinación en la fe, José, al igual que María, permaneció fiel a la llamada de Dios hasta el final. La vida de ella fue el cumplimiento hasta sus últimas consecuencias de aquel primer «fiat» pronunciado en el momento de la anunciación mientras que José en el momento de su «anunciación» no pronunció palabra alguna. Simplemente él «hizo como el ángel del Señor le había mandado». Y este primer «hizo» es el comienzo del «camino de José». A lo largo de este camino, los Evangelios no citan ninguna palabra dicha por él. Pero el silencio de José posee una especial elocuencia: gracias a este silencio se puede leer plenamente la verdad contenida en el juicio que de él da el Evangelio: el «justo» (Mt 1,19). 18. El varón «justo» de Nazaret posee ante todo las características propias del esposo. El Evangelista habla de María como de «una virgen desposada con un hombre llamado José» (Lc 1,27). Antes de que comience a cumplirse «el misterio escondido desde siglos» (Ef 3,9), los Evangelios ponen ante nuestros ojos la imagen del esposo y de la esposa. Según la costumbre del pueblo hebreo, el matrimonio se realizaba en dos etapas: primero se celebraba el matrimonio legal (verdadero matrimonio) y, sólo después de un cierto período, el esposo introducía en su casa a la esposa. Antes de vivir con María, José era, por tanto, su «esposo»; pero María conservaba en su intimidad el deseo de entregarse a Dios de modo exclusivo. Se podría preguntar cómo se concilia este deseo con el «matrimonio». La respuesta viene sólo del desarrollo de los acontecimientos salvíficos, esto es, de la especial intervención de Dios. Desde el momento de la anunciación, María sabe que debe llevar a cabo su deseo virginal de darse a Dios de modo exclusivo y total precisamente por el hecho de llegar a ser la madre del Hijo de Dios. La maternidad por obra del Espíritu Santo es la forma de donación que el mismo Dios espera de la Virgen, «esposa prometida» de José. María pronuncia su «fiat». El hecho de ser ella la «esposa prometida» de José está contenido en el designio mismo de Dios. Así lo indican los dos Evangelistas citados, pero de modo particular Mateo. Son muy significativas las palabras dichas a José: «No temas en tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo» (Mt 1,20). Estas palabras explican el misterio de la esposa de José: María es virgen en su maternidad. En ella el «Hijo del Altísimo» asume un cuerpo humano y viene a ser «el Hijo del hombre». 19. En las palabras de la «anunciación» nocturna, José escucha no sólo la verdad divina acerca de la inefable vocación de su esposa, sino que también vuelve a escuchar la verdad sobre su propia vocación. Este hombre «justo», que en el espíritu de las más nobles tradiciones del pueblo elegido amaba a la virgen de Nazaret y se había unido a ella con amor esponsal, es llamado nuevamente por Dios a este amor. «José hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer»; lo que en ella había sido engendrado «es del Espíritu Santo». A la vista de estas expresiones, ¿no habrá que concluir que también su amor como hombre ha sido regenerado por el Espíritu Santo? ¿No habrá que pensar que el amor de Dios, que ha sido derramado en el corazón humano por medio del Espíritu Santo, configura de modo perfecto el amor humano? 21. Este vínculo de caridad constituyó la vida de la Sagrada Familia, primero en la pobreza de Belén, luego en el exilio en Egipto y, sucesivamente, en Nazaret. La Iglesia rodea de profunda veneración a esta Familia, proponiéndola como modelo para todas las familias. La Familia de Nazaret, inserta directamente en el misterio de la encarnación, constituye un misterio especial. Y -al igual que en la encarnación- a este misterio pertenece también una verdadera paternidad: la forma humana de la familia del Hijo de Dios, verdadera familia humana formada por el misterio divino. En esta familia José es el padre: no es la suya una paternidad derivada de la generación; y, sin embargo, no es «aparente» o solamente «sustitutiva», sino que posee plenamente la autenticidad de la paternidad humana y de la misión paterna en la familia. En ello está contenida una consecuencia de la unión hipostática: la humanidad asumida en la unidad de la Persona divina del Verbo-Hijo, Jesucristo. Junto con la asunción de la humanidad, en Cristo está también «asumido» todo lo que es humano, en particular, la familia, como primera dimensión de su existencia en la tierra. En este contexto está también «asumida» la paternidad humana de José. En base a este principio adquieren su justo significado las palabras de María a Jesús en el templo: «Tu padre y yo... te buscábamos». Esta no es una frase convencional; las palabras de la Madre de Jesús indican toda la realidad de la encarnación, que pertenece al misterio de la Familia de Nazaret. José, que desde el principio aceptó mediante la «obediencia de la fe» su paternidad humana respecto a Jesús, siguiendo la luz del Espíritu Santo, que mediante la fe se da al hombre, descubría ciertamente cada vez más el don inefable de su paternidad. * * * SAN JOSÉ, PROTECTOR Y CUSTODIO FIEL San Bernardino de Siena, Sermón 2, sobre san José La norma general que regula la concesión de gracias singulares a una criatura racional determinada es la de que, cuando la gracia divina elige a alguien para un oficio singular o para ponerle en un estado preferente, le concede todos aquellos carismas que son necesarios para el ministerio que dicha persona ha de desempeñar. Esta norma se ha verificado de un modo excelente en san José, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del universo y Señora de los ángeles. José fue elegido por el eterno Padre como protector y custodio fiel de sus principales tesoros, esto es, de su Hijo y de su Esposa, y cumplió su oficio con insobornable fidelidad. Por eso le dice el Señor: Eres un empleado fiel y cumplidor; pasa al banquete de tu Señor. Si relacionamos a José con la Iglesia universal de Cristo, ¿no es este el hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrolló de una manera ordenada y sin escándalos? Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a Cristo, después de María es san José a quien debe un agradecimiento y una veneración singular. José viene a ser el broche del antiguo Testamento, broche en el que fructifica la promesa hecha a los patriarcas y los profetas. Sólo él poseyó de una manera corporal lo que para ellos había sido mera promesa. No cabe duda de que Cristo no sólo no se ha desdicho de la familiaridad y respeto que tuvo con él durante su vida mortal como si fuera su padre, sino que la habrá completado y perfeccionado en el cielo. Por eso, también con razón, se dice más adelante: Pasa al banquete de tu Señor. Aun cuando el gozo significado por este banquete es el que entra en el corazón del hombre, el Señor prefirió decir: Pasa al banquete, a fin de insinuar místicamente que dicho gozo no es puramente interior, sino que circunda y absorbe por doquier al bienaventurado, como sumergiéndole en el abismo infinito de Dios. Acuérdate de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tu oración ante aquel que pasaba por hijo tuyo; intercede también por nosotros ante la Virgen, tu esposa, madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. .

DÍA 18 DE MARZO: SAN CIRILO DE JERUSALÉN, SAN ANSELMO DE LUCCA, SAN SALVADOR DE HORTA. etc,

SAN CIRILO DE JERUSALÉN, obispo y doctor de la Iglesia. Nació en Jerusalén de padres cristianos el año 315. Recibió una buena formación clásica y teológica, y fue un gran conocedor de la S. Escritura. Sucedió al obispo Máximo en la sede de Jerusalén el año 348. Llevó una vida muy ajetreada, y por tres veces al menos tuvo que dejar su sede y marchar a otras tierras. Participó en el Concilio Ecuménico de Constantinopla e intervino en la controversia arriana. De sus obras escritas que nos quedan, la principal son las Catequesis, tanto las prebautismales como las llamadas «mistagógicas». En ellas se dirige a los que se preparaban durante la cuaresma para recibir el bautismo la noche de Pascua, y a los recién bautizados. La recta doctrina, las Escrituras, los misterios sagrados, las tradiciones de la Iglesia, la historia de la salvación y los sacramentos de la iniciación cristiana son el contenido de las catequesis, que pronunciaba en la basílica del Santo Sepulcro. Murió el año 386.- Oración: Señor, Dios nuestro, que has permitido a tu Iglesia penetrar con mayor profundidad en los sacramentos de la salvación, por la predicación de san Cirilo, obispo de Jerusalén, concédenos, por su intercesión, llegar a conocer de tal modo a tu Hijo que podamos participar con mayor abundancia de su vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. SAN ANSELMO DE LUCCA, también llamado Anselmo II, o de Baggio. Nació en Baggio, cerca de Milán, hacia el año 1040, de familia noble; era sobrino del papa Alejandro II, el cual, siendo canónigo de Milán, se ocupó de su formación. De joven abrazó la vida eclesiástica, y luego la benedictina en monasterio de Polirone (Mantua). Fue elegido obispo de Lucca (Toscana). Era el tiempo de la lucha por las investiduras, y Anselmo estuvo siempre de parte del papa frente al emperador. Por fidelidad a la Iglesia entregó al papa Gregorio VII el anillo y el báculo pastoral que había recibido del emperador Enrique IV. Los papas le encomendaron diversas misiones por Italia y Europa. Fue un pastor celoso, empeñado en la reforma de costumbres, especialmente del clero, al que propuso la vida en comunidad, cosa que rechazaron sobre todo los canónigos. El papa lo envió como legado suyo a Lombardía, y él se estableció en Mantua, donde murió el año 1086. Fue pobre y humilde, fiel al Papa y a la Iglesia. SAN SALVADOR DE HORTA. Nació el año 1520 en el hospital de Santa Coloma de Farnés (Gerona), casa de beneficencia en que sus padres, piadosos y pobres, prestaban sus servicios. Su nacimiento en un lugar de dolor fue como presagio de su futura misión en el mundo: aliviar a los desventurados. A los veinte años, cuando trabajaba como zapatero en Barcelona, ingresó en la Orden franciscana, donde ejerció los trabajos domésticos más humildes, y brilló por su sencillez, obediencia, pureza y austeridad de vida. Fueron muy numerosos los milagros que Dios obró por su medio, hasta crear problemas a los superiores, que lo fueron trasladando de un sitio a otro; los más numerosos fueron curaciones con la señal de la cruz y la invocación de los nombres de Jesús y María. Vivió varios años en el convento de Horta (Tortosa), y murió en el de Cágliari (Cerdeña) el 18 de marzo de 1567. Lo canonizó Pío XII en 1938.- Oración: Te rogamos, Dios todopoderoso, nos concedas a los que conmemoramos a san Salvador de Horta, tu humilde siervo, vernos libres, por su intercesión, de los males presentes, y gozar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. * * * San Alejandro de Jerusalén o de Capadocia. Nació en la región de Capadocia (Turquía) de una familia pagana. Su inquietud religiosa le llevó a experimentar diversas corrientes de pensamiento, hasta que se convirtió al cristianismo. Después de estudiar en Alejandría, fue obispo en una diócesis de Capadocia, y desde lo trasladaron a la sede de Jerusalén. Fundó una importante biblioteca y una escuela superior. Fue amigo y protector de Orígenes. Hacia el año 250, en la persecución del emperador Decio y siendo ya anciano, fue detenido, trasladado a Cesarea y martirizado. San Braulio de Zaragoza. Nació a finales del siglo VI, y de su educación se ocupó su hermano Juan, que fue primero monje y luego metropolitano de Zaragoza. Marchó a Sevilla y allí fue discípulo y amigo de san Isidoro, a quien animó a escribir las Etimologías y con el que colaboró en la renovación de la Iglesia en España. Cuando el año 531 murió su hermano Juan, lo eligieron a él obispo de Zaragoza. Fue un gran pastor de su diócesis y un dirigente eclesial al servicio del episcopado español. Asistió a los concilios de Toledo de su tiempo. Dejó importantes escritos, entre ellos la Vida y milagros de San Millán. Murió el año 651. San Eduardo II, rey de Inglaterra. Nació el año 962 y era hijo del rey Edgar. A la muerte de éste en el 975, le sucedió Eduardo con el apoyo del arzobispo de Canterbury san Dunstano, pero con la oposición de su hermano de padre, pero no de madre, Etelredo. Poco después, en el 978 ó 979, fue asesinado en Wareham, condado de Dorset (Inglaterra), por los sicarios enviados por su hermanastro o por la madre de éste. El pueblo lo consideró mártir por lo injusta que fue su muerte. San Frigdiano (o Frigidiano). Era un irlandés que peregrinó por Italia y se quedó en Monte Pisano para llevar vida eremítica. El año 566 fue elegido obispo de Lucca (Toscana). Promovió entre su clero la vida en comunidad y bajo una regla. Para bien del pueblo, desvió el curso del río Serchio, haciendo más fértil el territorio. Reedificó la catedral quemada por los longobardos y convirtió a muchos de ellos que habían invadido la región. Murió hacia el año 588. San Leobardo. Nació en Auvergne a principios del siglo VI. Peregrinó a la tumba de San Martín en Tours, y luego se retiró a vivir como recluso en una pequeña celda junto al monasterio de Marmoutier (Tours, Francia), dedicado a la oración y la penitencia y al estudio de la S. Escritura. Hizo mucho bien a los fieles que lo visitaban. Murió hacia el año 593. Beata Celestina Donati. Nació Toscana (Italia) el año 1848. Desde pequeña se sintió llamada a la vida religiosa. En 1888 tomó la decisión de consagrarse a Dios y su primer pensamiento fue reunir en torno a sí a mujeres que colaboraran con ella en la educación de niñas pobres y abandonadas. En 1889 fundó la congregación de las Hijas Pobres de San José de Calasanz, para la educación cristiana de las niñas pobres y también de los hijos e hijas de los detenidos en las cárceles. La gobernó con sabiduría y prudencia, la extendió por toda Italia, y a sus hijas les infundió el espíritu de pobreza. Murió en Florencia en 1925, y fue beatificada el año 2008. Beatos Juan Thules y Rogerio Wrenno. Mártires ingleses. Juan era un presbítero que recibió la ordenación sacerdotal en Roma; vuelto a su patria, ejerció su ministerio en Essex y Lancashire. Cuando lo encarcelaron, se encontró con Rogerio, católico seglar, de profesión tejedor, que había sido arrestado por prestar asistencia a los misioneros católicos. Se les ofreció la libertad a cambio del juramento de fidelidad al Rey como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, cosa que ambos rehusaron, reafirmándose en su fe y en su fidelidad al Papa. Fueron ahorcados y descuartizados en Lancaster el año 1616, bajo el reinado de Jacobo I. Beata Marta Le Bouteiller. Nació en Percy (Francia) el año 1816. A los 25 años ingresó en las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia. Ya profesa, se dedicó siempre a los servicios más humildes. Estuvo en varias casas en las que trabajó de cocinera, jardinera y despensera. Durante la guerra franco-prusiana atendió a los soldados heridos. Religiosa cumplidora, llena de humildad y modestia, dio a todos, en el trabajo cotidiano y en su vida de piedad, un gran ejemplo de virtud. Murió en el convento de Saint-Saveur-le-Vicomte (Normandía) el año 1883. PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Pensamiento bíblico: La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo...». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado del ángel del Señor y acogió a su mujer (Mt 1,18-20.24). Pensamiento franciscano: Oración de san Francisco: «Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, danos a nosotros, miserables, hacer por ti mismo lo que sabemos que tú quieres, y siempre querer lo que te place, para que, interiormente purificados, interiormente iluminados y abrasados por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y por sola tu gracia llegar a ti, Altísimo, que, en Trinidad perfecta y en simple Unidad, vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por los siglos de los siglos. Amén» (CtaO 50-52). Orar con la Iglesia: Oremos a Dios Padre, por intercesión de san José, a quien puso al frente del hogar de su Hijo en Nazaret. -Por la Iglesia, la gran familia de los hijos de Dios, para que goce siempre del patronazgo de quien cuidó de Jesús y de María. -Por los hogares cristianos y por todos los hogares, para que permanezcan firmes en la fidelidad y el amor. -Por los gobernantes, para que se sientan responsables de la institución familiar y de la convivencia de todos los ciudadanos. -Por los enfermos y los agonizantes, para que sientan la cercanía de la Sagrada Familia. -Por nosotros, llamados a vivir en la oscuridad y a la luz de la fe, para que aprendamos de san José a fiarnos siempre de Dios. Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas, que hoy te recomienda san José, protector e intercesor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. * * * SAN CIRILO DE JERUSALÉN Benedicto XVI, Catequesis en la audiencia general del miércoles 27 de junio de 2007 Queridos hermanos y hermanas: San Cirilo, nacido alrededor del año 315 en Jerusalén o en sus cercanías, recibió una óptima formación literaria, que constituyó la base de su cultura eclesiástica, centrada en el estudio de la Biblia. Ordenado presbítero por el obispo Máximo, cuando este murió o fue depuesto, en el año 348 fue ordenado obispo por Acacio, influyente metropolita de Cesarea de Palestina, filo-arriano, convencido de que Cirilo era su aliado. Por eso, se sospechó que había obtenido el nombramiento episcopal mediante concesiones al arrianismo. En realidad, muy pronto san Cirilo chocó con Acacio. Su ortodoxia, puesta en duda por algunas fuentes de aquel tiempo, la atestiguan otras fuentes igualmente históricas. La más autorizada de ellas es la carta sinodal del año 382, después del segundo concilio ecuménico de Constantinopla (381), en el que san Cirilo había participado con un papel cualificado. En esa carta, enviada al Pontífice romano, los obispos orientales reconocen oficialmente la más absoluta ortodoxia de san Cirilo, la legitimidad de su ordenación episcopal y los méritos de su servicio pastoral, que concluyó con su muerte en el año 387. De san Cirilo conservamos veinticuatro célebres catequesis, que impartió como obispo hacia el año 350. Introducidas por una Procatequesis de acogida, las primeras dieciocho están dirigidas a los catecúmenos; las pronunció en la basílica del Santo Sepulcro. Las primeras (1-5) tratan cada una, respectivamente, de las disposiciones previas al bautismo, de la conversión de las costumbres paganas, del sacramento del bautismo, de las diez verdades dogmáticas contenidas en el Credo o Símbolo de la fe. Las sucesivas (6-18) constituyen una «catequesis continua» sobre el Símbolo de Jerusalén, en clave antiarriana. De las últimas cinco (19-23), llamadas «mistagógicas», las dos primeras desarrollan un comentario a los ritos del bautismo; y las tres últimas versan sobre la Confirmación, sobre el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y sobre la liturgia eucarística. En ellas se incluye la explicación del padrenuestro (Oración dominical): con ella se comienza un camino de iniciación en la oración, que se desarrolla paralelamente a la iniciación en los tres sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. En su conjunto, las homilías de san Cirilo constituyen una catequesis sistemática sobre el nuevo nacimiento del cristiano mediante el bautismo. Dice san Cirilo al catecúmeno: «Has caído dentro de las redes de la Iglesia. Por tanto, déjate captar vivo; no huyas, porque es Jesús quien te pesca con su anzuelo, no para darte la muerte, sino la resurrección después de la muerte. En efecto, debes morir y resucitar... Desde hoy mueres al pecado y vives para la justicia» (Procatequesis 5). Desde el punto de vista doctrinal, san Cirilo comenta el Símbolo de Jerusalén recurriendo a la tipología de las Escrituras, en una relación «sinfónica» entre los dos Testamentos, desembocando en Cristo, centro del universo. La tipología será incisivamente descrita por san Agustín de Hipona: «El Antiguo Testamento es el velo del Nuevo; y en el Nuevo Testamento se manifiesta el Antiguo». Por lo que atañe a la catequesis moral, se funda, con una profunda unidad, en la catequesis doctrinal: el dogma se va introduciendo progresivamente en las almas, las cuales así se ven impulsadas a cambiar los comportamientos paganos de acuerdo con la nueva vida en Cristo, don del bautismo. Por último, la catequesis «mistagógica» constituía el vértice de la instrucción que san Cirilo impartía, ya no a los catecúmenos, sino a los recién bautizados o neófitos, durante la semana de Pascua. Esa catequesis los llevaba a descubrir, bajo los ritos bautismales de la Vigilia pascual, los misterios encerrados en ellos, aún sin desvelar. Iluminados por la luz de una fe más profunda gracias al bautismo, los neófitos podían por fin comprenderlos mejor, habiendo celebrado ya sus ritos. * * * PREPARAD LIMPIOS LOS VASOS PARA RECIBIR AL ESPÍRITU SANTO San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 3, 1-3 Alégrese el cielo, goce la tierra, por estos que van a ser rociados con el hisopo y purificados con el hisopo espiritual, por el poder de aquel que en su pasión bebió desde la cruz por medio de la caña de hisopo. Alégrense las virtudes de los cielos; y prepárense las almas que van a desposarse con el Esposo. Una voz grita en el desierto: «Preparad el camino del Señor». Comportaos, pues, rectamente, oh hijos de la justicia, recordando la exhortación de Juan: Allanad sus senderos: Retirad todos los estorbos e impedimentos para llegar directamente a la vida eterna. Por la fe sincera, preparad limpios los vasos de vuestra alma para recibir al Espíritu Santo. Comenzad por lavar vuestros vestidos con la penitencia, a fin de que os encuentren limpios, ya que habéis sido llamados al tálamo del Esposo. El Esposo llama a todos sin distinción, pues su gracia es liberal y abundante; sus pregoneros reúnen a todos a grandes voces, pero luego él segrega a aquellos que no son dignos de entrar a las bodas, figura del bautismo. Que ninguno de los inscritos tenga que oír aquella voz: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta? Ojalá que todos escuchéis aquellas palabras: Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu Señor. Hasta ahora os habéis quedado fuera de la puerta, pero deseo que todos podáis decir: El rey me introdujo en su cámara. Me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Que vuestra alma se encuentre sin mancha ni arruga, ni nada por el estilo; no digo antes de recibir la infusión de la gracia (¿para qué, entonces, habríais sido llamados a la remisión de los pecados?), pero sí que, cuando la gracia se os infunda, vuestra conciencia, estando libre de toda falta, concurra al efecto de la gracia. El bautismo es algo sumamente valioso y debéis acercaros a él con la mejor preparación. Que cada uno se coloque ante la presencia de Dios, rodeado de todas las miradas de los ejércitos celestiales. El Espíritu Santo sellará vuestras almas, pues habéis sido elegidos para militar al servicio del gran rey. Preparaos, pues, y disponeos para ello, no tanto con la blancura inmaculada de vuestra túnica, cuanto con un espíritu verdaderamente fervoroso. * * * HEMOS DE SER SENCILLOS, HUMILDES Y PUROS San Francisco de Asís: Carta a los Fieles (2CtaF 38-56 y 61-62) Debemos amar a nuestros enemigos y hacer bien a los que nos tienen odio. Debemos observar los preceptos y consejos de nuestro Señor Jesucristo. Debemos también negarnos a nosotros mismos y poner nuestro cuerpo bajo el yugo de la servidumbre y de la santa obediencia, como cada uno lo haya prometido al Señor. Y que ningún hombre esté obligado por obediencia a obedecer a nadie en aquello en que se comete delito o pecado. Mas aquel a quien se ha encomendado la obediencia y que es tenido como el mayor, sea como el menor (Lc 22,26) y siervo de los otros hermanos. Y haga y tenga para con cada uno de sus hermanos la misericordia que querría se le hiciera a él, si estuviese en un caso semejante. Y no se irrite contra el hermano por el delito del mismo hermano, sino que, con toda paciencia y humildad, amonéstelo benignamente y sopórtelo. No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino que, por el contrario, debemos ser sencillos, humildes y puros. Y tengamos nuestro cuerpo en oprobio y desprecio, porque todos, por nuestra culpa, somos miserables y pútridos, hediondos y gusanos, como dice el Señor por el profeta: Yo soy gusano y no hombre, oprobio de los hombres y desprecio de la plebe (Sal 21,7). Nunca debemos desear estar por encima de los otros, sino que, por el contrario, debemos ser siervos y estar sujetos a toda humana criatura por Dios (1 Pe 2,13). Y sobre todos ellos y ellas, mientras hagan tales cosas y perseveren hasta el fin, descansará el espíritu del Señor (Is 11,2) y hará en ellos habitación y morada (cf. Jn 14,23). Y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras hacen. Y son esposos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (cf. Mt 12,50). Somos esposos cuando, por el Espíritu Santo, el alma fiel se une a Jesucristo. Somos ciertamente hermanos cuando hacemos la voluntad de su Padre, que está en el cielo; madres, cuando lo llevamos en nuestro corazón y en nuestro cuerpo, por el amor y por una conciencia pura y sincera; y lo damos a luz por medio de obras santas, que deben iluminar a los otros como ejemplo. ¡Oh cuán glorioso y santo y grande, tener un Padre en los cielos! ¡Oh cuán santo, consolador, bello y admirable, tener un esposo! ¡Oh cuán santo y cuán amado, placentero, humilde, pacífico, dulce, amable y sobre todas las cosas deseable, tener un tal hermano y un tal hijo!, que dio su vida por sus ovejas y oró al Padre por nosotros diciendo: Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado (Jn 17,11). Y a aquel que tanto ha soportado por nosotros, que tantos bienes nos ha traído y nos traerá en el futuro, y a Dios, toda criatura que hay en los cielos, en la tierra, en el mar y en los abismos rinda alabanza, gloria, honor y bendición, porque él es nuestro poder y nuestra fortaleza, y sólo él es bueno, sólo él altísimo, sólo él omnipotente, admirable, glorioso y sólo él santo, laudable y bendito por los infinitos siglos de los siglos. Amén.

LO QUE HACE LA IGLESIA EN ESPAÑA





La mayor parte de las decisiones que tomamos al cabo del
día, en un día cualquiera, tienen un baño de racionalidad, tienen una
justificación consciente, ya que intentamos ser consecuentes con nuestras ideas
y nuestros principios. Sin embargo hay en la sociedad unos grupos de moda que
imponen unas ideologías basadas en mentiras, que de repetir se las terminan
creyendo